martes, 31 de enero de 2012

El corazon

¡Crea en mí un corazón puro, oh mi Dios
y renueva una conciencia tranquila dentro de mí, oh mi esperanza!
¡Por medio del espíritu del poder confírmame en tu causa, oh mi bienamado,
y por la luz de tu gloria revélame tu sendero, oh tú el objeto de mi deseo!
¡Mediante la fuerza de tu trascendente poder, elévame
hacia el cielo de tu santidad, oh fuente de mi ser,
y por las brisas de tu eternidad alégrame, oh tú quien eres mi Dios!
¡Haz que tus eternas melodías me inspiren tranquilidad, oh mi compañero,
y que las riquezas de tu antiguo semblante me libren de todo excepto de ti, oh mi maestro, y que la revelación
de tu esencia me traiga alegría, oh tú quien eres lo más mani­fiesto de lo manifiesto y lo más oculto de lo oculto!