“El amor de Dios calma mis pensamientos y me infunde paz de mente y corazón. Siento serenidad y seguridad en la presencia de Dios, y mi corazón está sereno. La presencia de Dios en mí, es mi centro de perfecta paz. Siento confianza y calma, sabiendo que Dios me acompaña siempre. Dios en mí es mi constante fuente de paz y fortaleza. Me relajo, entrego todo pensamiento ansioso y descanso tranquilo en la presencia de Dios.”
¡¡Gracias Padre porque se que ya me has escuchado
¡¡Gracias Padre porque se que ya me has escuchado
(un curso de milagros)