domingo, 30 de septiembre de 2012

Calma y paz

Si quiero llevar la paz a los demás, la primera lección que debo aprender es dejar de estar en guerra conmigo mismo. Durante la meditación me retiro al refugio interior de mi alma y me regocijo con el tranquilo fluir de los pensamientos de amor que pasan por mi ser. Sólo cuando he acallado la turbulencia de mi propia mente puedo estar en paz con el mundo. Cuando he alcanzado cierto grado de paz interior, logro oír la voz de mi sabiduría y sé cuándo y dónde aplicar mi energía para mayor beneficio de todos