jueves, 4 de octubre de 2012

La melodia de la fraternidad humana

Espíritu Celestial, vamos viajando por muchos caminos rectos hacia Tu morada de luz. Guíanos hacia la carretera del autoconocimiento, a la que conducen finalmente todos los senderos de las genuinas crencias religiosas.

Las diversas religiones son ramas de Tu único e inmenso árbol de la verdad. Permítenos saborear los deliciosos frutos de la realización del alma, que cuelgan de las ramas de las Escrituras de todos los tiempos y de todas las latitudes.

Enséñanos a cantar en ármonia las innumerables expresiones de nuestra suprema devoción. En Tu templo, la tierra, en un coro de voces de muy diversos acentos, sólo Te cantamos a Tí.

¡Oh Madre Divina! Elévanos en Tu regazo de amor universal. Quebranta Tu voto de silencio y cántanos la conmovedora melodía de la fraternidad humana.