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la divinidad en todo y todos. Vive la ley del Amor ahora y siempre, conviértete
cada momento de tu vida en una efusión de amor. Utiliza cada momento para
invocar el pensamiento más elevado. Pronuncia la palabra más noble. Sé la paz. Camina en
los zapatos de cada hombre. Perdona cada ofensa. Respeta la verdad de cada
persona. Adora al Dios de cada uno. Siente y expresa en cada momento tu Divina
conexión con el Todo y con cada persona lugar y cosa. Provee las necesidades de
los que te rodean Saca a la luz los mayores dones de tus semejantes. Sé una viva
representación ejemplar de la Verdad más elevada que reside en tu interior. Sé
un don para cada persona que entre en tu vida, cada persona que llegue a tu
vida, llega para recibir de ti un don. Y al hacerlo, a su vez te da un don, el
don de que experimentes y cumplas con la realización plena de Quien Eres.