"Cuando miras a la muerte con el ojo de la sabiduría 
ves que, al fin y al cabo, todo es un pensamiento de 
Dios pasando a través de una pesadilla hacia la feliz 
libertad otra vez... En el mundo astral del Señor -el 
lugar al cual van las almas después de la muerte- 
disfrutan de una libertad sin parangón en el mundo 
terrenal. Así que no os preocupéis por la persona que 
está muriendo, ya que en seguida se verá liberada. 
Una vez ha pasado esa ilusión, ve que la muerte no 
era tan mala al fin y al cabo. Se da cuenta de que su 
mortalidad fue solo un sueño y se alegra de que 
ahora ningún fuego puede quemarle, ni hay 
inundación que pueda ahogarle. Está libre y seguro". 
