domingo, 23 de noviembre de 2014

No hagais daño a ningún ser viviente

Nos dicen que la oración es esencial para la vida del hombre. Con ella se encuentra la armonía entre el cuerpo y el alma, y se fortalece nuestra relación con Dios y los hermanos.Cuando oramos, nos encomendamos a Dios, con la intención de serenar nuestro corazón, para fortalecerlo con la ayuda de Dios.Ésto es lo que tenemos que lograr entre todos los humanos, seamos de la religión o creencia a la que pertenezcamos.

No hagáis daño a ningún ser viviente:
He ahí el camino eterno, permanente e inalterable de la Vida.
Perdono a todas las criaturas, y que todas las criaturas me perdonen.
Para todas tengo amistad, para ninguna enemistad.
Quien vive de la espada es presa del miedo.
A quien tratas de golpear no es, en verdad, otro que tú mismo.
A quien tratas de gobernar no es, en verdad, otro que tú mismo.
A quien tratas de torturar no es, en verdad, otro que tú mismo.
A quien tratas de convertir en esclavo no es, en verdad, otro que tú mismo.
A quien tratas de matar no es, en verdad, otro que tú mismo.
Todos los seres desean vivir, ninguno desea morir.
Toda arma, por poderosa que sea,
siempre puede ser reemplazada por otra superior;
pero ningún arma puede ser superior a la no-violencia.